El tercer y último día de Mentoreo, la EAS se transformó totalmente, y pude ver otra parte de su negocio. Resulta que una empresa químico/farmacéutica estaba muy entusiasmada con la posibilidad de invitar a sus vendedores a una sesión de trabajo, con degustación dirigida por Marina especialmente enfocada en la «acidez» del vino.
Antes de presentar los vinos (unos vi-na-zos!) Marina probó el categring del chef Danny Bramson (nunca me voy a olvidar ese cheesecake de dulce de leche Danny 😉 y después presentó los vinos. Decir vino-evento corporativo de farmacéutica suena raro apenas te lo cuentan. Pero estando ahí me pareció muy bien organizado y súper relevante para el perfil de la empresa y los asistentes.
Además fue seguir aprendiendo de ella, porque tengo que repetir que es muy grosa, que es como tener una celebrity de la industria exclusiva para tu empresa y entrenando a tu personal.
Luego de despedirme de todos, habiendo probado todos los vinos a las 2 pm, corrí a un té para emprendedoras con 3 de las mentoras que…me voló la cabeza. Y mucho más para decir no tengo porque, me voló la cabeza. Más que místico o revelador fue como decir «DAMN!! yo sabía esto!! Ahora qué hago!?!».
Así que esa noche no podía dormir de lo acelerada que estaba, de pensar que al otro día teníamos que presentar los resultados de esos 4 días en el Programa, analizando con qué me quedaba y con qué no. Y me di cuenta de taaantas cosas, tanto para trabajar. Aprendí muchísimo en horas. Y al otro día tuvimos una jornada super movilizadora, que todavía me sorprende, hoy cuando aterricé en Mendoza y me llenó de pánico darme cuenta de todo lo que pasó.
Les sigo contando en otro post.
Deja una respuesta