Van Gogh inmersivo: tendencias en arte

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Hace un año me preparaba para un viaje express a Buenos Aires, principalmente para ver la muestra sobre Van Gogh en La Rural. Inmediatamente después me puse de cabeza con la tesis, y recién ahora vuelvo a tener esos momentos de «¿sobre qué puedo postear en el blog»?.

Si bien pasó un año, descubrí que en Mendoza trajeron una muestra similar hace poco. No fui, porque mi fanatismo por Vincent se suavizó un poco, y si bien no estoy segura de que haya sido organizada por los mismos, se veía casi igual. Lo único que no tuve fueron sillas para sentarme.

Uno de los miles de videos que grabé en la muestra inmersiva sobre Van Gogh, Buenos Aires, Febrero de 2022

Me volví fan de Van Gogh en los últimos años, en realidad en los últimos viajes pre-pandemia. Empecé a estudiar su vida, sus obras, por supuesto empecé a quererlo mucho como cualquiera que conoce su vida de sufrimientos. Cuando visité Países Bajos les compartí en este post lo que fue ir en bici desde Eindhoven, al sur -en donde Vincent compraba pinturas, hasta Nuenen, en donde vivió con su familia unos años. Allí se encuentran varios rincones famosos de algunos cuadros como la Iglesia. Fue uno de los mejores paisajes que vi en mi vida, el camino en bici fue durísimo, lo hice con una amiga y nos daba el viento fuerte. Pero vimos uno de esos molinos increíbles y casas de no sé qué siglo, pero surreales.

Bueno, volviendo a la muestra, se basa en el libro «Cartas a Theo», que recopila las cartas que Vincent le mandó a su hermano Theo. Esto traté de transmitírselo a quien pude porque sino no sé qué sensación se llevarán. Es como cuando viajás sin estudiar mucho el lugar y hacés cualquier cosa o pasás por edificios históricos y ni sabés qué son.

Esto que les digo se ve muy claramente en la muestra, porque se muestran muchos de los bocetos que Vincent dibujaba en blanco y negro en las cartas para adelantarle a Theo, y luego algunos llegaban a ser cuadros. Por supuesto, las diferencias en los colores y las pinceladas lo hacían un resultado único que conmueve.

Imagine Van Gogh, Buenos Aires, Febrero de 2022

En el Museo Van Gogh de Amsterdam, incluso había una sección para escuchar las cartas recitadas. Es decir, es parte de la historia del pintor y sirve mucho para entender lo que se está viendo en esta muestra inmersiva. Pero yo soy una aficionada al arte, y a algunos artistas con los que me copo y decido leer más o visitar sus museos. Por eso supongo que no hice un juicio sobre la muestra, algunos fans o connoiseurs sofisiticados creo que la habrán odiado un poco porque de a ratos había un rejunte de gente, la mezcla con música clásica, el empaquetamiento digamos, para que sea un producto que emocione porque sí incluso a alguien que no sabe bien qué es lo que está viendo. Para esto ayuda la primera parte de la muestra, con una especie de recorrido pedagógico, tal como los que vemos en museos al recorrer muestras con cuadros colgados o esculturas

Con esto en realidad quería llegar un poco a esto de las muestras inmersivas de este tipo que hay cada vez más. Ahora en Buenos Aires creo que habrá una de Frida Kahlo, en algún país de Europa creo que hay alguna de Gustav Klimt dando vueltas. De hecho, antes de que llegara a Argentina yo estaba que me babeaba todo porque veía en Instagram que había miles de estas muestras en ciudades de Estados Unidos.

La entrada a la muestra inmersiva de Van Gogh, febrero 2022, La Rural

Entonces, por un lado, creo que está muy bueno que se acerquen a ciudades periféricas podríamos decir (lejos de las capitales) como Mendoza. Por otro, la apertura y llegada a públicos masivos. A mí eso me gusta, si no hubiese visto muchos Van Goghs a los que no le di demasiada pelota hasta un día, probablemente no me habría picado el bichito por saber más. Lo que pensé en Buenos Aires es: «qué buen complemento de muestras permanentes y museos». Porque también fui al MALBA a ver el primer cuadro de Frida con el loro. Es decir, este producto más bien audiovisual está bueno para llegar a gente que no se mete nunca en un museo, pero no debería ser el único.

Estar cerca de una pintura de Van Gogh después de leer meses sobre cómo la hizo, en qué se inspiró, acercarse a ver las pinceladas bien gruesas y repetidas, no tiene precio. No sé si hay en algún museo de CABA, sé que de otros grandes pintores sí hay por ejemplo en el Bellas Artes.

En fin, este primer post de 2023 es una breve reflexión sobre el acceso al arte y la cultura que necesita una descentralización de las grandes capitales, un mayor acceso incluso a públicos no sofisticados. Pero no debiera ser lo único que llega, en forma de entretenimiento, a ciudades más chicas, ya que se pierde el ejercicio de la curiosidad, del acercarse a la pintura. Para eso es importante que sean eventuales muestras de tendencias del mundo, no el «evento del año», para no ir luego a un museo local.

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