Mitos y ¿amenazas? de la tecnología educativa

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Antes de resumir los principales puntos del informe de la periodista y crítica de la tecnología Audrey Watters sobre «Las peores debacles de tecnología educativa de la década» comparto una pregunta que me hago bastante sobre este tema: ¿por qué a la tecnología le importa tanto «meterse» en la escuela?

El pedagogo norteamericano Matthew Lipman tenía una visión muy interesante sobre la escuela:

Si hay una institución que legítimamente puede llamarse mundial, probablemente es la escuela. Por más diferentes que sean las culturas, las escuelas son muy parecidas una a otra. El sistema educativo que proveen se funda en la presuposición de que los chicos van a la escuela a aprender (…)

Hay tres modelos clave de instituciones públicas y privadas en nuestra sociedad. La familia representa la institucionalización de valores privados. El Estado representa la institucionalización de valores públicos. Y la escuela personifica la fusión de los dos.

(…) La escuela es el campo de batalla, más que ninguna otra institución, porque es la que manufactura la sociedad del futuro, y por ende virtualmente cualquier grupo social o facción aspira a controlar a la escuela para sus propios fines.

En su newsletter semanal «Hack Education» (Hackear la educación) Audrey Watters, hizo un listado muy extensivo. Aunque no tengo una visión tan cínica o pesimista sobre la tecnología en la educación como ella -de hecho, me parece positiva-, para Watters hablar de «ed tech» directamente es hablar de vigilancia. El de la vigilancia es un tema importante tener en cuenta, pero de la misma manera que no hay demasiada investigación sobre los beneficios de implementar x tecnología, tampoco hay tanto sobre sus desventajas.

Como esta lista es muy larga, y en su mayoría, se remite al ámbito de la tecnología educativa en Estados Unidos comparto algunas de esas 100 que me parecieron interesantes para reflexionar en lo que pasa en la región, y para Argentina:

98. La moda de sacarle horas de pantalla y/o conexión a los chicos de clase alta. Es una moda de Silicon Valley. Los mitos alrededor de tecnologías que hacen mal, con la intención de poner de moda otra cosa, estuvieron a la orden del día estos años.

94. Los portales o plataformas en los que los padres consultan las notas de los hijos. Las usan pocos y hace que se obsesionen con lo que hacen sus hijos en la escuela. En Mendoza se implementaron desde hace un par de años. ¿Alguien preocupadx por la vigilancia? ¿Los datos de los chicos?

50. One Laptop per Child. Este programa que impulsó en su momento Nicholas Negroponte parece haber llegado a su fin. Watters dice que además de las dificultades de aplicación (Habían planteado que para llegar a ciertas zonas de Etiopía tirarían las notebooks con helicópteros.) en países como Perú no surgieron pruebas que afirmaran mejora en matemática o lenguaje por OLPC. Entonces ¿Para qué sirven? Para la conectividad seguro, para que chicos tengan Internet, el desafío es cómo hacer que sirvan. Interesante para Argentina ahora que se anunció la vuelta del programa Conectar Igualdad.

Foto de Conectar Igualdad vía el Flickr de ANSES

Hace unos años hice algunos talleres y seminarios con profesores, maestros y profesionales que ocupaban cargos administrativos. En una oportunidad me acuerdo que nos comentaron cómo las notebooks de CI llevaban un par de años en un depósito. Se las habían mandado y no sabían qué hacer, a qué maestros dárselas, en qué clases, etc. Creo que en países como Argentina son muy importantes, el tema es que más allá de la inversión en tecnología se haga 1) una coordinación Nación-Provincias-Escuelas adecuada 2) la inversión en capital humano y en know how para incluirlas a dinámicas ya establecidas. Y/o a nuevas.

48. La hora del código. Esto me parece muy interesante porque es uno de los slogans de moda, y en otros lugares ya lo había leido: hay y habrá más demanda de trabajos vinculados a la salud, la enfermería, etc. que a la programación.

¿Hacen falta programadores para lo que esperamos que sean los trabajos «del futuro»? Sí, seguro, y esa una habilidad muy importante para la llamada economía del conocimiento. Ahora, ¿está bien de repente hacer de eso la vedette de las escuelas y sacar otras habilidades y formas de aprendizaje? No está demasiado estudiado.

Por ende, eso de que todos los chicos van a ser programadores por ahora es una linda campaña de PR. Sin hablar de los $$ detrás de estas iniciativas.

25. Peter Thiel. Lol esta me dio risa, aunque me simpatiza mucho, sigo lo que hace, sus videos y hasta reseñé su libro, Thiel y su gesta contra la educación tradicional es cuestionable también. Insisto, me parece un tipo muy inteligente, y de lo más interesante en el mundo de los inversores de riesgo. Sus programas como 20 Under 20, The Thiel Fellowship, etc. buscan sacar a los chicos de un ciclo de deuda infinito (muy común en Estados Unidos) y hacerlos emprendedores. Es muy idealista, y puede tener razón en cuanto al gastadero sin un retorno real, pero cada vez que veo algo al respecto le preguntan lo mismo: pero usted plantea esto luego de graduarse en una de las mejores universidades del mundo..Thiel promueve la meritocracia dice Watters, porque el mundo del emprendimiento es otro sistema del estilo.

Foto de JD Salica

Entre éstas hay varios puntos que no incluyo porque son reviews de tecnologías o desarrollos específicos que para ella fueron un fiasco, hechos por Google (Google Glass), Apple, y/o Facebook (VR), pizarras interactivas, etc., entre muchos dispositivos y/o herramientas para las que se hizo un lobby fuerte desde las empresas, y que para las escuelas, regiones y estados no fueron más que pérdida de tiempo. También critica al MIT Media Lab, el cual conocí y me encantó, si bien es cierto que el conflicto con Epstein marcó un antes y un después. Hay gente valiosa haciendo cosas copadas, por ejemplo Scratch que se usa en todo el mundo, incluida Argentina.

13. «Blockchain Anything». Watters es categórica en este punto: basta de plantear que el blockchain va a revolucionar la educación, porque según ella no es necesario.

No tengo información para compartir este punto. Lo que sí me sucede cuando leo algo que mezcla blockchain y educación, es que me hace preguntar cuánto saben de educación lxs que las proponen. «No dependés de nadie para validar tu conocimiento», «no hace falta papel ni una oficina para..». Ok, sí, todxs los que pasamos por un título de grado y/o posgrado sabemos lo que son esos procesos. Pero pensar que esos certificados y/o papeles equivalen a saber algo, o a la validación de x conocimiento es erróneo. Por eso, hay que darle más tiempo a esas aplicaciones. Seguramente transformen procesos, dudosamente hagan desaparecer la educación y al conocimiento como un proceso social.

6. «Todos deberían aprender a programar». De nuevo, dice que es un mito, y el empuje de una industria (la tecnológica) por imponer su narrativa. La programación es un lenguaje, «el que no sepa programar va a sufrir lo mismo que el que no sabía leer en el s. XIX». ¿Saben qué otro lenguaje existe? La ciencia.

5. «El año de los MOOCs». Es crítica en este punto, en 2011 hubo una explosión alrededor de los mismos, y tanto universidades como fondos de inversión se metieron con todo (edx de Harvard/MIT, Coursera, con gente de Stanford, Udacity, etc.). A mí me gustan, probablemente por ser de un país periférico, y de una provincia, veo muchas características positivas en los mismos. Pero también creo que hay una potencial amenaza, sobre la que escribí hace un tiempo: MOOCs y el Efecto Matthew en Tecnología Educativa. A lo que nos referimos con este término en investigación educativa es que es posible que haya un efecto contrario al deseado: las personas que más los hacen, son las que ya están en el «corredor» educativo. Por ende, el desafío es cómo llegar con enseñanza online a los que están fuera del sistema predominante.

3 y 2. Capital de Riesgo (VCs) y filantropía. Gates, Bezos, Zuckerberg, son los que están influyendo mucho -según el reporte de Watters- en este tema, no sólo con dinero sino en las tomas de decisiones sobre qué tecnologías y prácticas se adoptan en las escuelas. Nuevamente,son personajes interesantes, e innovadores. Pero hay que notar que el capital de riesgo y el que se dedica a la filantropía le están dando forma a las «agendas educativas». También critica a las aceleradoras de startups de «edtech», porque en muchos casos es gente que se metió de un día para el otro con ganas de hacer $, pero sin investigar demasiado en el tema.

En síntesis. Les recomiendo leer el reporte entero porque en Argentina, y ni hablar en algunas provincias recién nos asomamos a algunos temas. Hay cada vez más startups educativas, pero ojo que hay algunas muy interesante, lideradas por gente que no sólo entiende de educación y tecnología sino que se dedica a ello. El tema es cuánto sabemos de los efectos buenos y malos que tengan esas innovaciones.

Por otro lado, entiendo la crítica que hace al mundo del capital y los emprendimientos, pero tanto en la educación como en cualquier otro ámbito siempre ha sido así. El capital no tiene por qué tener reparos en estos efectos, los Estados sí. De ahí que la sinergia público-privado es importante. Y que sobre todos los que dejan entrar esas tecnologías en las escuelas tengan conocimientos de ciencias sociales, pedagogía, entre otras.

Imagen destacada vía el Flickr de ANSES.

Esta entrada tiene un comentario

  1. Carmelita Day

    Muy interesante.

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