Piketty y «Capital en el s.21»

En este momento estás viendo Piketty y «Capital en el s.21»

El entusiasmo con el que leí «Capital..” fue descendiendo a medida que se intensificaba el recurso de miles de gráficos y de análisis económico comparado, con un sabor final a una sensación del momento un poco conservadora. Esta obra se encarga de darle respaldo científico a algo que «sabemos» hace mucho: la afirmación de que la riqueza está cada vez más concentrada. Les recomiendo leer análisis de economistas si lo que quieren es entender de qué se tratan los principales enunciados del libro al respecto (como el de este blogger norteamericano, @rortybomb, con algunos posts de este estilo), ya que mi breve reseña va a ser sobre, por qué ha causado tanto alboroto en Estados Unidos. ¿Por qué el hype alrededor de este libro que fue no sólo un bestseller del NYTimes sino que le dio a Thomas Piketty el status de rockstar que por ejemplo se le dio a Francis Fukuyama en su momento cuando habló del “fin de la historia”?

Creo, a grosso modo, que la elite académica yankee está como loca con el libro por dos razones:

1. Cambio de foco o «vector de análisis» acerca del capitalismo: toma el nombre de la principal obra de Marx, y habla del Capital, pero sus denuncias de ninguna manera son como las del alemán. Me corrijo, no denuncia nada. Ah, y tampoco habla de la formación del capital en este siglo: analiza la evolución de su estructura a lo largo de los dos últimos siglos. Y con Marx desaparecido del mapa teórico-académico por el que casi obligadamente pasan las discusiones sobre el Capitalismo, el tema de la desigualdad «puede» volver a ser abordado, re-abierto, discutido entre no marxistas. Es de alguna forma un intento por reemplazar una obra odiada por el liberalismo occidental, un cambio de foco o “de vector de análisis” como bien dicen en una reseña en The New Republic. Y sobre todo cuando habla de Marx, si bien reivindica que éste pudo dar cuenta de cómo funcionaba el capitalismo de la Revolución Industrial de su época, dice algo así como «qué lástima que no pudo ir más allá por falta de datos, o por un mayor intento de sistematizarlos» (que son la base del libro de Piketty).

» (…) The issue is not whether Marx or Piketty is right about how capitalism functions, but the vector of their analysis. Piketty’s vector points toward distribution, Marx’s toward production. Piketty wants to re-distribute the fruits of capitalism so as to even out the highs and lows; Marx wants to transform capitalism so as to end its dominion. Much of Marx’s work, early and late, sought to document the misery of work. Hundreds of pages of Capital described the average working day (and night) and its discontents. Piketty is silent about this matter, although his book does open with a labor strike. The entry in his index for “Labor” reads “See Capital-labor split.” This makes sense, because it is the inequalities of this divide that concern Piketty, not labor itself.

This also makes Piketty seem contemporary, and Marx hopelessly old-fashioned. (< hace aparecer a Marx como «old fashioned») El vector de análisis no sólo no es el mismo, sino que se analiza al Capital como una entidad autónoma (distanciándose otra vez de Marx, que lo concibe como un producto del trabajo del hombre) y Piketty de ninguna manera pone el foco en cómo se está produciendo ahora el trabajo, cómo afecta al hombre, que es clave a la hora de hablar luego cómo se distribuye la riqueza, o cómo funciona el capital.

Marx’s analysis proceeds differently. He is less interested in showing vast economic inequalities and more in finding its roots in capitalist accumulation. To be sure, Piketty anchors inequality in what he calls “the central contradiction of capitalism,” the disjuncture between the rate of return on capital and the rate of economic growth. Inasmuch as the former inevitably eclipses the latter, favoring existing wealth over existing labor, it leads to a “terrifying” unequal wealth distribution. Marx might not disagree, but again his focus is on work, which is where inequality originates and plays out. Marx argues that the accumulation of capital leads to partial, casual and permanent unemployment. It would be difficult to declare that these are not pressing realities in the world today, but they do not surface in Piketty. Ésta es para mí la razón principal por la que Piketty es una sensación en Estados Unidos: quizás haga olvidar a Marx, nada menos que eligiendo el mismo! nombre de su obra y cambiando el punto de análisis.

2. Convierte al debate sobre el capital la concentración de la riqueza en algo «técnico», no político. Le da preeminencia a la “data” por sobre todas las cosas, es aplaudido por su tratamiento de estadísticas de siglos en distintos países. 0tra vez, nada que amen más los académicos estadounidenses, especialmente los economistas, que ponerse a pelear por números. No importa que expresamente mencione que es un tema político, el desarrollo de una obra que se concentra en darle al análisis del capitalismo un «sustento estadístico», lamentablemente lo lleva a ese punto.

Si bien en la introducción me entusiasmó mucho su crítica a la ciencia social de Estados Unidos, especialmente a esa tendencia a matematizar, y ponga en el centro del debate un tema del que no se habla hace mucho, queda todo en una fase de explicación al no proponer políticas viables que permitan revertir esa tendencia. (un impuesto global a la riqueza, es casi como una declaración universal de derechos del hombre)

Lo importante son tal vez las preguntas que nos deja para responder, sobre temas que están en el aire:
-Una buena pregunta para el SXXI: ¿Hasta qué punto algunos países podrán ser dueños de otros? Para entender esto, Piketty sostiene que tenemos que traer al análisis a los países exportadores de petróleo. Esto me resultó interesante (aunque le dedique 2 hojas), si bien en nuestra mente, en el imaginario y en los medios todo es tecnología, de ninguna manera es tan fuerte como la economía basada en el petróleo para definir la riqueza de los países. Ésto, y no Silicon Valley, es lo que sigue definiendo no sólo la economía internacional, sino sobre todo la política, y las relaciones internacionales (Algo que me recordó a lo que dice Atilio Borón en Imperio & Imperialismo)

– De una Sociedad de “rentiers” a una sociedad de “supermanagers” Si bien ha cambiado la estructura del Capital desde el siglo XIX, algo que Piketty nos explica mezclando miles de gráficos -obvio- y referencias a novelas de Jane Austen y Balzac, hay algo en la estructura del capital que parece no cambiar: a medida que subimos en la pirámide jerárquica, y nos acercamos a ese 1% dueño de la mayor parte del capital, los ingresos acumulados por el trabajo van desapareciendo. Así de fuerte es el capital acumulado o por herencia, que lleva a que sea tan concentrada la riqueza. Y por otro lado, señala que el grado de riqueza que maneja ese 1% es inimaginable para nosotros, los mortales, básicamente, por lo que es importante que entendamos este fenómeno. En este punto quizás se nota su más elevado pico de «bajón argumentativo», sobre todo para el sueño americano y esa famosa idea de que pueden nacer millonarios sólo con romperse el lomo por un buen sueldo durante veinte años. Su análisis es por supuesto más profundo a lo que yo les digo en un pantallazo, es más bien que rompe la idea de que vivimos en una meritocracia (pensamiento sobre todo difundido en Silicon Valley), facilitada por la educación y la tecnología, ya que según su estudio y tesis, el capital hereditario sigue siendo fuerte para definir las grandes riquezas.

– ¿Una carrera entre la educación y la tecnología? Quizás con alguna vinculación con el punto anterior, Piketty menciona que las diferencias de la desigualdad en ciertos países de Europa y Estados Unidos, se ha dado fundamentalmente por el avance de la educación y la tecnología, sobre todo en Estados Unidos. Esto se apoya en dos ideas: la oferta y demanda de nuevas habilidades, y la existencia de tecnologías para desarrollarlas, son fuerzas sociales y económicas que revierten las desigualdades económicas o salariales. Esto ha hecho a esas economías súper innovadoras hasta llegar un punto de «catch up», en el que se igualan o alcanzan a otras, y el crecimiento tiende a ser lento o estancarse. La tecnología, y su fuerza característica actual, es necesaria para llegar a ciertos niveles de desarrollo, en los que se estanca (y por ende no llega al punto de acumulación infinita que dice Marx, y según Piketty, no pasa). Junto a la educación, constituye una fuerza de convergencia, en el slang pikettiano, que puede evitar la tendencia natural del capital a concentrarse (aunque no pueda lograr revertirlo). “Over the long run, education and technology, are the decisive determinants of wage levels (..) The question of how to pay for education, and in particular how to pay for higher education, is everywhere one of the key issues of the 21st century”. Dedica tres hojas a las universidades estadounidenses, y es excelente ahí sí su crítica: es muy poco lo que puede hacer el “mérito”por alguien cuando apuntan claramente a captar hijos de esos supermanagers o hedgefunders porque son un negocio, y necesitan también capitalizar.

– No nos olvidemos que el “capital” es una construcción social. De a ratos me cansaban sus recursos literarios, o de hasta películas del siglo XXI como Django Unchained para graficar una idea (Eso es muy Zizek! :p pero sí logra darnos a entender que lo que entendemos «Capital» ahora, y cómo funciona, es muy distinto de lo que era hace un siglo, o dos. La ciencia tiene el rol de poner a la luz las cosas importantes sobre las que la sociedad tiene que debatir, pero siempre a partir de un punto de vista socialmente creado (esto sí que es francés).

– Sensación del momento conservadora: es difícil no reconocer frases con aire a Pareto, en la primera parte -p84- (“There is another mechanism whereby growth can contribute to the reduction of inequality, or at least to a more rapid circulation of elites, which must also be discussed”) hasta que llega el capítulo en el que lo cita claramente. Hablar de la circulación de las elites, como Pareto, es llevar al análisis a un punto neoconservador 100%. Explicar cómo ha evolucionado el Capital y qué tendencia tiene, desde un «entendimiento de cómo funcionan las elites ahora que se rigen por un mix de herencia y capital acumulado por supermanagers», proponiendo como solución un «impuesto global a la riqueza», es exactamente ofrecer una solución conservadora con la que se “redistribuya lo que se pueda», dado lo existente.

– Menciona el aporte o rol del entrepreneur en el actual capitalismo, y afirma que «el entrepreneur tiende a convertirse en rentista»: el emprendedor es parte de las figuras del Capitalismo del S.XXI, mala noticia, no es un superhéroe. Como les comentaba al principio, lo que hizo Piketty, fue poner en el centro de la agenda mundial un tema de análisis, con su análisis justamente, sobre lo cierto de algo que «todos sabemos»: la concentración de la riqueza.Pero como aún se encuentra en niveles muy técnicos, me pregunto si esto bajará a los niveles políticos que es en donde se resuelve.
Algunas «señales» sobre cómo se está empezando a hablar mucho sobre este tema: Mañana, en un evento que realizan los economistas Nobel, junto a Angela Merkel, Joseph Stiglitz, y Mario Vargas Llosa, Desigualdad y Capitalismo es el principal tema de análisis. – Debates en Quora que muestran las distintas reacciones en US Muy gracioso éste, y éste. Otro: «Es Piketty crítico con los académicos de Estados Unidos

– También les recomiendo una interesante reflexión de J. Powell de la Universidad de Berkeley luego de que Piketty diera una charla en esa universidad. Hay muchas editoriales-reseñas en el NYTimes (miles) sobre el tema y su influencia en los economistas norteamericanos, y en Project Syndicate (como ésta opinión de Joseph Stiglitz) El libro aún no se traduce en castellano pero pueden conseguirlo en inglés vía Amazon, y mientras lo consiguen para hacer su propia lectura, pueden googlear y encontrar miles de reseñas y debates en blogs y medios norteamericanos al respecto. Además, en enero viene a Argentina, según dice esta nota de Ámbito, cuyo título me causa gracia ya que le dicen marxista,exactamente lo que dicen sus críticos de Estados Unidos por hablar de riqueza y desigualdad.

Esta entrada tiene 5 comentarios

  1. Federico Sosa Valle

    Tengo el libro, pero todavía no lo he leído. Tu reseña, Magadalena, me incentiva a comenzarlo.
    De la misma, me surgen las siguientes inquietudes: 1.- capital, ¿en qué sentido? ¿Real o crediticio, fijo o variable? Los problemas van cambiando, sea en uno u otro. 2.- lo mismo para la riqueza: ¿inmobiliaria, mobiliaria? ¿O en el sentido de capital social, o simbólico, intelectual, etc., etc.? 3.- ¿y qué tal el capítulo introductorio de El pasado de una ilusión, de F. Fouret, titulado «La pasión igualitaria»? Porque si hoy la riqueza está supuestamente más concentrada que nunca -de lo que tengo mis serias dudas- es innegable que el concepto de igualdad es sumamente reciente. Antes de la Modenidad, las diferencias eran «de lege». Hoy al menos podemos plantearnos el problema, sin por eso ser considerados herejes o locos.

  2. Magdalena Day

    Gracias Federico!! Sí, está especificado (muy bien explicado a través de todo el libro) a qué se refiere por Capital. Dale una leída, espero tus opiniones! 🙂

  3. Horacio Day

    Brillante. No deja de maravillarme la agudeza intelectual de Magdalena

Responder a Magdalena Day Cancelar la respuesta