Todavía no lo puedo creer. Ayer me di cuenta que mi Director de tesis me fue llevando por las ediciones como el Presidente nos lleva con la cuarentena 😆, cada 15/20 días nuevas correcciones. Con todo el cambio mundial, y viendo a gente defender sus tesis por Zoom se me fue el apuro…pero finalmente llegó al punto de estar lista.
Pensé que iba a estar saltando en una pata pero es rarísimo lo que te pasa los días después. Una baja de cansancio acumulado, y un «cuánto tiempo libre che…» «qué hago? Leo algo? Escribo?». Ja! Son casi 6 años así, hay que reacostumbrar cuerpo y mente.
No puedo explicar el esfuerzo que puse estos años. Lo difícil que fue para mí, todo nuevo, arrancar de 0, los períodos angustiantes, todos los trade offs, pero también las satisfacciones personales, laborales, los cambios de vida. La transformación profunda en mi vida.
Ahora tengo que esperar que la evalúen, ojalá salga todo bien.
Iba a mandar la tesis el lunes. Pero el viernes hablé con mi papá y me comentó que había dado una vuelta por el parque, le pregunté «cómo te fue?» «Lo disfruté muchísimo» me dijo. Y ahí me di cuenta de que si podía, iba a dedicar tiempo el domingo viendo a mi viejo disfrutar un rato,algo muy nuevo porque todo es un gran NO por la tesis. Ni hablar los fines de semana, en los que me borraba del planeta por los deadlines.
Si algo trajo la pandemia, es valorar lo que ya está hecho, y lo que es único e irrepetible como es el tiempo con los afectos. Algo que con la tesis prácticamente dejás de lado.
La tesis está lista cuando te cansás de hablar con las palabras de otros.
La imagen es de Daniel Arsham, «connecting time».