Influencers y blogs: 10 años de #tutiblog

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Llega nuevamente la hora de celebrar: mi blog cumple 10 AÑOS!

Parece que pasó hace un siglo! Hace 10 años no era común tener un blog, ni Twitter, o «compartir» lo que pensabas en Internet. Pero en 2007 EL tema era «la conversación». La «web 2.0», y los blogs representaban eso.

Este blog, la interacción con bloggers de Mendoza en su momento, y del país, ha sido realmente lo mejor. Generamos una comunidad sin saber en lo inmediato en qué iba a convertirse esto de los blogs, y las redes sociales ni siquiera tenían la predominancia que tienen ahora. En su momento el blog me permitió, además de crear una «voz propia», intercambiar con gente a la que le interesaba lo mismo que a mí. Pero también muchos otros que no se interesaban en lo mismo, sino en poder hacer un blog sobre lo que querían.

Me invitaron ( o «me invité») al blog de Amartino y de Santiago Bilinkis, en donde me divertí mucho escribiendo (y peleando!;). Hacer mi propio blog me llevó a «bloggear» a nivel laboral, y a hacer muchas otras cosas después en el ámbito digital. Pero no lo empecé con ese fin, sino simplemente para conectarme, pasarla bien, pensar, descargar, intercambiar sobre todo. Conversar, y compartir.

Había cierta carga utópica en el blog, como herramienta de comunicación individual, de libre expresión. En diferentes ámbitos creo que muchos bloggers hicieron cosas buenas porque lograron transmitir de forma auténtica y fiel a su audiencia, lo que sabían, hacían o les gustaba bloggear. No se trataba solamente de hacer cosas divertidas o ser un experto infalible.

Pero bueno, eso fue antes de la aparición del real time. Ahora la discusión se centra en los influencers.

Este tema lo menciona Mariano en un post reciente y también lo vi en notas de Darío Laufer, con quien intercambiamos en Twitter algunas opiniones. Influencers ahora se considera a quienes tienen comunidades interesantes (o amplias) porque hacen cosas geniales, originales, en forma dinámica (Instagram, Snapchat, Youtube?) Sí, seguro, apuntan a los millenials, que cambian con esa velocidad de influencer preferido. Y ese lugar «de privilegio» puede durar poco. Por eso también hay una mezcla entre lo que es un influencer y una celebrity.

Lo que se difunde como influencers, en algunos casos, no es más que la creación un poco artificial de un grupo de personas que agita en un determinado contenido o evento, sin contenido de calidad en sus redes/blogs, o relevancia. La cantidad de followers puede ser importante, pero no es un indicador de la relevancia o tipo de audiencia de una persona.

Lo central debería ser la construcción de una audiencia a partir de la credibilidad de su autor en el caso de un blog, o del influencer en el caso de las redes sociales. Pero esa credibilidad no está dada solamente por un conocimiento, sino por una perspectiva particular. Una voz considerada auténtica, cercana al lector, imho.

¿Cómo sería la elección correcta de un influencer? Dependerá de cada caso, marca, campaña. Hay comunidades de nicho, chicas, como había blogs de culto hace 10 años aunque escribieran una vez por semana.

Es más bien la confianza, la identificación de la persona con el que sigue, lee lo que hay que buscar en los blogs. Y en las redes ‘relevancia’, y que no sea uno/a con 50k porque bardea todo el día.

Eso no cambia. Cuando el blog está bueno (o el contenido en x plataforma) se crea muchas veces una buena audiencia que hace que las marcas se acerquen.

En definitiva, los bloggers ahora siguen teniendo influencia en ciertos ámbitos (qué nardo programador/techlover no conoce a Fabio?), pero quizás no son como los críticos de vino de los cuales depende el repunte de las ventas de un proyecto, o marca. Sí ayudan como formadores de opinión ya que en su mayoría, como el caso de Jorge, son referencia para cualquier persona que quiere saber algo del tema que manejan.

Nombro a los que ‘en mi época’ consideré como influencers, y sigo leyendo.
Larga vida a los blogs!.

Foto by me, en Lima, Parque de las Aguas. 2015.

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