Escribir sobre blogs en 2021 suena anacrónico. Pero la recarga de información y el ruido de plataformas como Twitter por ej. hace que sigan siendo una plataforma o «lugar» de Internet interesante para darle profundidad a temas que 140 caracteres no permiten.
Como bloggera desde 2007 estoy acostumbrada a compartir cosas que leo, hago, y me interesan acá. Veo en colegxs que ya llevan tiempo en la academia un intento por hacer esto de comunicar su trabajo, se involucran cada vez más en debates por ejemplo en redes sociales, más allá de la divulgación que hacen las instituciones. [Mirá en este post un racconto de la historia de los blogs]
No hay tantas estadísticas y sitios que sigan el crecimiento de los blogs como plataformas digitales hoy, como sí los había antes. Sin duda es el tiempo real, y las redes sociales, los que se pusieron en el centro de la escena digital, pero el blog del investigador busca más bien llegar a públicos como otrxs investigadores.
Tiene mucho de la lógica de comunicación abierta de Internet que me llevó a empezarlo hace más de una década: compartir. Por otro lado, insume tiempo, y no hay «rewards» en el sistema académico-científico al menos oficial por hacerlo. Sin embargo, veo cada vez más estudiantes e investigadores que llevan un blog: en ese sentido el blog vuelve a ser como en sus orígenes, una especie de cuaderno de apuntes o bloc de notas («weblog»).

El blog de la London School of Economics y Ciencia Política recomienda bloguear para aumentar el impacto de tu investigación, y caracteriza los posteos académicos en tres tipos en los que entra bastante lo que hago:
- Bloguear con contenido que le permite a la gente saber qué estás investigando, y tus hallazgos/descubrimientos
- Bloguear para promover conversación o debate.
- Bloguear al estilo cobertura de eventos, actividades a las que has asistido, etc.
También hay que escribir como ejercicio para dar forma a tus ideas. A mí me sirve porque en papers, tesis y trabajos finales de la facultad tengo que ajustar mi escritura a formatos y personas nuevas. Y hay artículos en los que se entiende mi razonamiento, logro expresarme, y en otros en que cuesta. El blog es muchas veces una conversación con uno mismo, y hasta que no nos leen otrxs no nos damos cuenta del tono, o nuestra voz.
Hay muchos blogs online, yo sigo a mucha gente en Twitter también que habla sobre estos temas, porque cómo escribir y expresarte es parte de cursos del Doctorado pero quizás tenés uno o dos. Luego te das cuenta que es muy importante y requiere mucha más práctica y manejo del que pensás.
Por ende acá me fluye más rápido la escritura entendida como ejercicio del pensamiento. Pero si bien sirve para el público en general, el tono en primera persona, y el ir compartiendo el proceso, el día a día, es lo opuesto a lo que te piden en la actividad académica.
Por supuesto son posts más bien cortos, pero tengo claro que mi blog lo lee todo tipo de gente, veo mis analytics y posts que para mí no eran interesantes son los más leídos (por ej. los de urbanismo y lugares de Mendoza). Eso es solo un indicador de que tu contenido es relevante, pero puede ser que por ahí entra gente a vincularse con lo que hacés. Bloguear ayuda a que te empiece a leer la gente que querés que te lea.
¿Seguís algún blog en particular? ¿Te interesa este tema? Dejáme tu opinión o aporte en los comentarios
Foto destacada via Roubbler