Adaptation II: brotherly love

Ok, puede ser un poco border el post. La verdad es que en esta época de leer, ver, escuchar tantas mentiras, y en la que vivimos mal y asustados; mi escepticismo natural está peor que nunca. A veces me parece que la única forma que tenemos para no matarnos entre todos es no responder a lo agresivo (había escrito hostil pero pienso en Lost 🙂 de la gente, la calle y el país. Ni hablemos de los que no tienen nada ni nadie. Y qué jodido sentirse parte de una comunidad (no online) con esta violencia y egoísmo ah?

En Adaptation I: Inspiración les contaba que me gustó e impactó mucho, con dos escenas en particular; una la de las abejas y la otra es ésta. Durante toda la película se ve la relación conflictiva entre los dos gemelos, aunque el conflictivo es uno.

Pero con el tiempo no rescaté tanto lo romántico del concepto sino el amor fraternal; y también me puse a pensar en esta escena después de ver Slumdog Millonaire y de comentarla en el blog de Santiago:

«(…) me pareció morfable Jamal cuando es chiquito, cuando sale todo cubierto de c… corriendo a conseguir el autógrafo de su ídolo, no le importaba nada, me hizo matar de risa. Y con el hermano que después lo vendió por dos monedas diciendo “Y bue, me hizo buen precio” me quedé pensando que el flaco estaba destinado a salir de esa mugre porque nunca transó! (…) el valor de los vínculos, sean familia, o personas que están cerca de uno. Pueden salvarte la vida o alejarte de cualquier miseria.Y ese patrón de Jamal se repite en toda la pelicula, porque siempre tuvo su objetivo claro: Latika y vivir. Así llego al concurso, y así llegó a ganarlo, siendo honesto, creyendo en él y en que pasara lo que pasara, él se la jugaba por lo que creía.»

Esto es lo que me quedó de ambas películas, y de mi experiencia personal. En definitiva, lo que nos hace estar a salvo de esa miseria de ser ladrones, asesinos, enfermos, es un pequeñísimo e invisible límite que se da entre quienes no entienden lo frágil e intrascendente de su existencia, y el sentido real que le da los que tienen al lado.

Esta entrada tiene un comentario

  1. Rono

    Qué difícil evitar el cliché, o mejor dicho, un cliché, cuando se trata de un tema como este. Tan fino como ese límite del que hablás. Ahora qué bueno tener la suerte de sentir que uno lo puede reconocer y pilotearla para mantenerlo ahí, firme. Unos de este lado y los «otros», en su mundo. Lo mismo que nos pasa con el escepticismo del que hablás. Sube y baja, sin control ni patrones, pero qué bueno está cuando nos da un par de días de respiro como para construir algo y sentarnos a repasarlo con los que nos quieren.

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