El estilo REWORK, 10 años después

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El otro día leía el blog de Mariano, y de casualidad vi unos posts de su archivo sobre Cluetrain Manifesto, una especie de biblia sobre el marketing en la era de Internet, que en ese momento era la «Web 2.0». Más que biblia, son 95 tesis, a-lo-Lutero sobre los mercados y las conversaciones. Es básicamente una fuente de la cultura de Internet que reinaba en esos años, fines de los ’90, cuando ni existían las redes sociales.

En estos días de cuarentena, necesitando un poco cortar con la tesis y las lecturas sobre filosofía, teoría social, epistemología, etc. me puse a leer «REWORK», que es uno de los mejores libros sobre negocios que gente del ámbito tecnológico/de Internet seguía en su momento. Lo leí cuando salió, en el 2010, e hice una reseña. Esta vez me pareció nuevamente buenísimo.

Los autores son dos emprendedores de Internet, diseñadores, que ya en ese momento cuestionaban varias cosas del mundo emprendedor. Jason Fried y David Heinemier eran además los creadores de Basecamp, una plataforma que muchos usamos en esa época para trabajar con startups (un administrador de proyectos, equipos, y tareas, algo así como Slack versión 1999).

10 años después, habiendo trabajado para y con emprendimientos, sola, con equipo, etc. puedo decir que cometí muchos errores que había leído ahí, y en una era de los <<attention spans>> creo que es un buen libro para releer. Algunos puntos me llamaron más la atención que otros, diferentes a los de la vez que lo leí en 2010.

Los dibujos-diseños son buenísimos para marcar puntos importantes: la cultura de las reuniones es tóxica. El «no conviertas en reunión lo que puede ser un mail, o una tarea asignada, con fecha y resultado esperado» es muy del mundo de las startups de Internet, eso es muy bueno para seguir. Hay gente que se dedica a armar reuniones y hacer perder tiempo a los que están realmente trabajando. También en su momento defendían algo que iba en contra de la onda de las startups: «Mandá a la gente a su casa a las 5pm». La división entre el trabajo y la vida personal, familiar, nunca fue más importante. El burn out siempre estuvo overrated por algunas empresas y startups. ¿Cómo lo ven estos días de trabajo virtual? La necesidad de hacer llamadas concretas, coordinar gente y resolver reconfigura las reunines y el tiempo que le damos.

Una que me pareció buenísima es «No tengas una exit-strategy, sino una estrategia de compromiso». Para los nuevos en este lenguaje emprendedor, la estrategia del exit es una especie de horizonte de algunos emprendedores, que empiezan un negocio pensando «a quién le vamos a vender la empresa en 3 años», qué porcentaje te vas a quedar, cuánto tenés que crecer para que haya un comprador interesado, o al menos entre un Inversor de riesgo. Viví eso en 2012 y es espantoso, hay emprendedores que en serio empiezan algo pensando en cómo van a salir. Lo que plantean los autores es, si empezás pensando en eso probablemente no desarrolles un buen producto, uno que tus usuarios amen. Hay que pensar en una estrategia que te comprometa, te involucre a seguir trabajando por hacer un buen producto, crecer a tu ritmo, etc.

El DIY (Do It Yourself) me pareció buenísimo, y lo aplico bastante. Antes de salir a contratar gente, fijáte todo lo que puedas hacer vos. Es más, si querés armar una empresa, de x tipo, tratá de saber exactamente todas las tareas, todo lo que requiere el desarrollo de cada producto, etc. Primero, porque así vas a tener más claro, tiempos, costos, y qué tipo de gente necesitás para laburar con vos. En el tema de las redes sociales, yo hago mucho, gran parte, siendo bastante senior a esta altura, la verdad es que me resulta importante saber exactamente todo lo que requiere el servicio, y contrato exclusivamente en cosas que no sé hacer: programación, diseño. Incluso eso trato de ver cómo se hace, hablo bastante seguido con los que lo hacen para entender lo más que puedo su trabajo.

Y esto tiene que ver con lo que incluyen como emular a los chefs, y es una filosofía que me gusta mucho que denomino la «Filosofía Magnus», por Magnus Nilsson, creador del restaurante sueco Faviken .

Si ven el episodio dedicado a Magnus en la serie de Netflix Chef’s Table. Magnus tira varias frases que me encantan, pero una en particular sobre este tema:

«Me doy cuenta de todo lo que pasa en la cocina, porque estuve allí para desarrollarlos»

«La cocina de Faviken está estructurada un poco al revés. En muchos restaurantes grandes, hay alumnos («trainees») haciendo todo tipo de trabajos pequeños y luego diferentes personas se encargan del mise en place. Hay diferentes capas de personas, y termina en el lugar en el que alguien como yo monta el plato. Así no hay responsabilidad en el extremo inferior de la jerarquía. Aquí lo hacemos al revés: tenemos una persona que anuncia todo y controla el servicio. Y en el montaje, junto a él, están los alumnos, los trainees con menos experiencia. Los cocineros más experimentados están en el fondo, cocinando. Es mejor no tener filtros antes del montaje. De esa forma todos hacen sus tareas perfecto desde el principio.«

Esto me parece muy importante, en especial en el mundo de las redes sociales, las apps, y cualquier producto de Internet, en donde hay muchos responsables o directores de agencia (de diseño, de publicidad) que venden un producto sobre el que no conocen, o que conocen muy superficialmente. O al revés, muchos creativos que más bien ejecutan tareas del día a día, no conocen la responsabilidad de lo que hacen, de la misma manera que no están preparados para ponerse al frente de un restaurante y hacerse cargo por un plato.

Los autores de REWORK hablan de emular a los chefs en el sentido de compartir tus recetas, tu conocimiento. El planteo es «los mejores chefs del mundo comparten sus recetas, y no por eso pierden su lugar como los mejores, porque saben que lo que los hace diferentes es cómo ejecutan esas recetas». La cultura de compartir, tan propia de Internet, sigue siendo vigente y necesaria en un mundo en el que todo es negocio.

Otra cosa que comparten Magnus y los autores de REWORK es la consideración de la escala. Mientras muchos emprendedores o..»starters» arman empresas, pensando en tener inversión y expandirse estos cultivan la creencia contraria. Faviken fue uno de los mejores restaurantes durante años, en el medio de la nada. Y Magnus dice: «En Faviken no nos comparamos con nada que no queramos, porque estamos solos aquí. En este pequeño universo«.

En REWORK hay varios ejemplos: uno, no buscar inversor, ni contratar hasta que sea necesario. En cuanto a la escala ponen de ejemplo a Oxford, entre otras, nunca se planteó salir a contratar y poner sedes en todo el mundo, porque la validación no viene por un alcance masivo ni expansión global.

Por último, me encantó es el «Less is Good» y todo el énfasis que ponen en hacer un producto útil, no sofisticado, elegante o con miles de chiches. Mientras sea útil, la gente sola lo va usando y formando tu base de fans.

En definitiva, se los recomiendo para leer en estos días de encierro.

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